El episodio nos lleva a recordar la enseñanza de la Música en nuestra época liceana. Por lo que relata Rodrigo y lo que conocemos de Enrique Chicano, se trata de una época en que la Enseñanza Musical era el “pariente pobre” de un currículo denominado Humanidades. Las “corcheas” y “fusas” eran un galimatías que se combinaba con aprendizaje de canciones populares. Las promociones de los años cincuenta y sesenta del siglo pasado conocieron a dos profesores provenientes del mundo de la lírica, don Rafael Lira, y de la ejecución musical, don Leandro Véliz. Ambos, encargados de domeñar a cursos masculinos que veían en la “hora de Música“ un espacio para el jolgorio y la barahúnda. Cantábamos a coro “La batelera” con “arreglos” bien poco edificantes: cuando el verso era “suelta el remo…”, se cambiaba el sustantivo, en forma más que picaresca.
En los primeros años de los setenta llegó Enrique Chicano, proveniente del Conservatorio José Francisco Vergara, quien vivió similares situaciones. Rodrigo recuerda lo que sucedía en la sala de Música, a espaldas del “profe” que tocaba el piano.
Pareciera ser que la situación no es igual en la actualidad, al menos en los resultados, y decimos esto porque desde la primera vez que concurrimos a reuniones de egresados quedamos gratamente sorprendidos con la presentación del Coro del establecimiento. Quisimos conocer más detalles y fuimos a la Avenida Colón, donde pudimos conversar con Ana María Pietrantoni, Profesora de Educación Musical y Directora del Coro. En breves minutos de charla nos dimos cuenta que a la pasión por la música de Rafael Lira, Leandro Véliz y Enrique Chicano se agrega la experticia pedagógica y el ascendiente de una profesional que en catorce años ha llevado al grupo coral a un sitial de prestigio, obteniendo en siete oportunidades el máximo galardón del Concurso Coral CRECER CANTANDO, que organiza anualmente el Teatro Municipal de Santiago. Siendo importantes esos Premios y otros como los tres primeros lugares en Concurso de Categoría Enseñanza Media organizado por la Universidad Andrés Bello, Sede Viña del Mar, lo notable es que los objetivos perseguidos de “motivar y desarrollar las aptitudes vocales y musicales, en la perspectiva de mejorar la autoestima y el cultivo de valores trascendentales para la vida” se logran plenamente, y ahí están en www.youtube.com los ecos de lo que ha significado para sus vidas el cultivo de la música.
Sin lugar a dudas el hecho que el Liceo, originalmente de Hombres (su himno se inicia hasta ahora con el verso “Liceanos, viriles muchachos...”) haya cumplido algo más de treinta años como coeducacional (en un Liceo que este año festejará su aniversario 146), algo tiene que ver: con las alumnas llegaron las musas cantando “Viva la música”.
ALMENDRAL
DIARIO LA PRENSA. CURICÓ. 02/04/2008
Estimado Almendral, una mínima corrección a tu estupendo artículo: Actualmente el himno del liceo los cantan diciendo: "Liceanos , gentiles muchachos..." tratando de acomodarse a la realidad mixta del liceo actual.
1 comentario:
Muy bueno el artículo. Faltan nombrar 2 profresoras que hicieron un gran esfuerzo en fomentar la Educación Musical en el Liceo, La Sra Murúa y la Sra Ester Fuentes de García, gran baluarte en el Coro. De ese coro recuerdo a 2 famosos: EDUARDO (YAYO)CASTRO, varias veces Ganador del Festival de Viña y del Huaso y PANCHO SAZO, compositor y cantante del Grupo Congreso.
Saludos Viriles
Ricardo Arias (Generación 1971)
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